La factura proforma son un tipo de facturas muy utilizadas en España tanto por Pymes como por autónomos. Aunque este tipo de facturas están reguladas, tienen ciertas peculiaridades comparadas con el resto de facturas.
La factura proforma es un documento de compraventa suscrito entre el vendedor y el comprador, que refleja un acuerdo entre las dos partes como muestra de un compromiso futuro para llevar a cabo la transacción definida.
¿Cuándo utilizar una factura proforma?
Es importante recordar que las factura proforma no tienen ninguna validez ante Hacienda, por lo que no afectan a la contabilidad de la empresa ni necesitan ser declaradas. Son sólo reflejo de una operación comercial que tiene intención de producirse, pero de la cual no se ha efectuado ni la entrega ni el pago. Por ejemplo, son muy utilizadas en el comercio internacional.
Aunque este tipo de facturas no tiene validez en Hacienda, se puede justificar una operación que aún no se ha efectuado o también se puede justificar sus condiciones de venta. Incluso puede servir como oferta comercial o comprobante de envío de muestras.
En el caso de comercio internacional también puede servir como justificante para solicitar la licencia de importación en aduanas.
Sin embargo hay que tener presente que aunque la factura proforma conlleva una mayor posibilidad de completar la operación comercial, que por ejemplo un presupuesto, no tiene validez judicial ni contable. Básicamente es un documento informativo a través del cual se contempla toda la información necesaria para proceder con la transacción comercial.
La factura proforma deben incluir los siguientes datos:
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