Todos los profesionales, autónomos o Pymes más tarde o más temprano deberán realizar contratos con proveedores. Las materias primas, distribución o comercialización de los productos o servicios ofrecidos casi siempre son proporcionados por terceros, externos a nuestra empresa, que contratamos para la prestación de una serie de servicios.

Existen dos tipos de contratos, en función de la entidad prestadora del servicio empresarial:

• Acuerdo de colaboración, si el prestador del servicio es un colaborador o un profesional.
• Contrato de prestación de servicios, si el prestador del servicio es una empresa que se subcontrata.

En función del tipo de servicio prestado, también existen variantes de contrato. Por ejemplo, podemos hablar de contratos de desarrollo, contratos de prestación o acuerdo de distribución… En el caso de que el servicio prestado se realizase en modalidad de marca blanca, existiría también la posibilidad de realizar un contrato de licencia de marca.

Sin embargo, de todos los contratos anteriormente mencionados, el más común es el de prestación de servicios que un tercero efectuará para la empresa. Los aspectos críticos que deben recogerse en el contrato son:

• Objeto del contrato. Profundizando en los detalles de la colaboración, dejando totalmente claro lo que incluye el alcance del contrato.
• Condicione económicas. Indicando cuál es el precio del servicio que va a cobrar el proveedor,  la forma de pago establecida, el periodo de abono (principio o final de mes), penalizaciones en caso de impago…
• Condiciones de ejecución. Definiendo el marco del proyecto, así como las características del servicio prestado por el proveedor: Entregables, plazos…
• Responsabilidades y garantías. Reflejando los compromisos del prestador, así como las obligaciones y responsabilidades de su trabajo.
• Derechos de autor. En caso de que se cree algo que no exista, se deben dejar claros los derechos de propiedad del autor, así como los derechos de explotación que se acordasen.

Además de estos conceptos, pueden existir en el contrato diferentes cláusulas de confidencialidad respecto a la información para el proyecto, así como requisitos mínimos de seguridad por ejemplo.

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